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Los inventarios de níquel de la bolsa de Londres han caído a mínimos previos a la crisis, allá por el año 2007, hasta las 4.980 toneladas métricas, en lo que supone un reajuste entre la oferta -excesiva- y la demanda de esta materia prima.

“El 60% de los fabricantes de níquel mundial está perdiendo dinero”, aseguró Bernardo Velázquez, consejero delegado de Acerinox, que confía en que la tendencia de la que es la principal commodity para la compañía (supone entre un 50 y un 80% de su facturación) se invierta este año.

El precio del níquel podría haber hecho suelo el pasado mes de febrero, por debajo de los 8.000 dólares la tonelada. Su desplome es aún del 60% de los máximos que marcara en marzo de 2014, cercano a los 21.000 dólares la tonelada. Velázquez apunta a un níquel en el entorno de los 16.000/20.000 dólares en el futuro -pese a que no se atrevió a definir un plazo concreto-, lo que supone un repunte mínimo del 90% frente a los niveles actuales.

“Han desaparecido las posiciones bajistas de los fondos de inversión sobre el níquel en la bolsa de Londres”, apunta el consejero delegado de la acerera, y ello, unido a una caída de los inventarios, le lleva a pensar que “este año sea deficitario de níquel”, motivando así la subida de su precio por una simple cuestión de oferta y demanda, aunque con reservas porque “no se sabe”, dice, “lo que China tiene almacenado en sus costas”.

El gigante asiático es el primer exportador de acero inoxidable del mundo, después de aumentar su cuota de mercado desde el 3% de 2001 al 52% del año pasado. Además, las medidas antidumping (o proteccionistas) impulsadas por Europa y que EEUU aprobará, previsiblemente, el tercer trimestre del año están dificultando la venta del acero chino en estas regiones.